The morning show

The morning show (tercera temporada)

Esta serie, que nos muestra el lado B de un noticiero de gran audiencia de la mañana, la vida de sus presentadores, y el entramado empresario de una gran cadena de TV de mucha trayectoria, aborda en esta tercera entrega la salida de la pandemia y una oferta hostil de compra, que pone todo patas para arriba otra vez.


7 Butacas



Es interesane este formato en el que brillan Jennifer Aniston y Reese Witherspoon, que además producen, porque pueden ir abordando grandes temas muy actuales, desde el impacto que estos tienen en un show televisivo matutino, que se ve perfectamente iluminado en la pantalla, pero que ofrece claroscuros muy complejos en lo que no se ve en cámara.

Así en la primera temporada se abordó el tema del acoso, del maltrato, que terminó trágicamente, en la seguna la cancelación y la pandemia, y en esta tercera temporada la historia central está en la posibilidad de venta de la cadena a un empresario tecnológico, al estilo Bezos o Musk.

Es muy real, está muy bien el guión y las actuaciones son sobresalientes.

Es una apuesta importante de Apple TV porque de alguna manera trabaja de manera descarnada con el mundo de las producciones, y todos los mecanismos y miserias que ese mundo trafica.

En esta temporada el CEO, un entrañable y complejo rol para Billy Cudrup, comienza a trabajar para vender la cadena, y de esa manera poder seguir adelante con sus planes de expansión y cambios, que el directorio y la dueña actual (heredera de los fundadores) no quieren impulsar.

Logra poner a bordo de ese cambio de accionista a un personaje texano, multimillonario, que tiene una empresa que trabaja para enviar naves al espacio, interpretado por John Hamm (siempre bien).

Las dos caras de la cadena, Jennifer y Reese, están en sus propios temas, complejos, siempre competitivas, y de alguna manera involucradas en el proceso de manera definitoria.

Una y sus relaciones amorosas y sobre todo familiares, al proteger y cuidar de un hermano débil (que estuvo en los incidentes en el Capitolio cuando partidarios de Trump lo invadieron) y la otra con sus debilidades, enamorándose del personaje que la va a comprar para tener ella un protagonismo absoluto en las decisiones en el futuro. Acá hay un punto interesante, será capaz de mantener la independencia si alguna vez tiene que contar algo no tan bueno de las empresas de su pareja nueva?

Hasta que en el último capítulo el desenlace nos sorprende.

Anniston está bien, pero al igual que nos pasa con Kidman, es muy difícil adivinar sus sentimientos debajo de sus cirujías, ha perdido la frescura que tenía, aunque está muy bien en ese personaje de estrella del periodismo.

Ya hay una cuarta temporada firmada. Es una buena noticia, aunque no nos guste ese estilo de competencia atroz entre todos que plantea el mundo corporativo, es muy bueno cómo la serie se las arregla para introducir temas complejos, de abosluta actualidad, y contarlos a partir de una ficción que funciona como un reloj.

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