American rust

Todo es destemplado en esta segunda temporada de esta serie de Amazon. Los cielos plomizos, los bosques, la humedad, los ámbitos fabriles, de chimeneas y gente rústica.


8 Butacas



Ya vimos a los personajes en la primera temporada, los conocemos, sabemos que el que interpreta Maura Tierney es una mina combativa, que viene de fracaso en fracaso, que tiene un esposo esencialmente vago y un hijo que fue a prisión por un crimen que no cometió y que ahí le pegaron duro, tanto que le dejaron secuelas.

Sabemos que está Del, el personaje que encarna con maestría Jeff Daniels, que es un policía, que se retira después de un episodio confuso, y que vuelve a la fuerza en la ciudad, en Pittsburg, para, lo sabremos cuando la serie arranca, trabajar con el FBI para desbaratar a una banda de policías muy marginales, corruptos y asesinos.

Lo que tiene de atrapante esta buena serie es que nada es amable, y hay como 5 historias que corren en paralelo y lo hacen de manera sincronizada y perfecta.

Serán 10 capítulos muy complejos, con historias muy eleboradas, que van a requerir de nuestra atención, pero no de manera de no dejarnos disfrutar de la historia.

Estará la historia de Daniels, que vuelve a la policía sabiendo que todavía hay sospechas sobre un procedimiento en el que estuvo y murieron tres traficantes, su historia de amor con Tierney, una historia que se desarrolla en paralelo que tiene que ver con la expansión en esas tierras de una petrolera que explota yacimientos no convencionales y llena de dinero a las familias para poder trabajar en sus campos.

Un estudio de abogados que los asiste, no siempre con buenas artes y con la verdad, en el que trabaja una joven abogada que es a su vez la esposa del hijo de Tierney que acaba de salir de la cárcel lleno de traumas.

Un caso policial de fondo en el que Daniels y su compañera tienen que investigar una muerte misteriosa, que termina teniendo que ver con un laboratorio que alteró muestras de agua para esa compañía petrolera.

Parece difícil de seguir, pero está tan bien desarrollada que todo fluye de manera muy natural, incluso cuando la historia requiere estar atentos por los cruces que se empiezan a revelar desde la mitad para adelante.

Una delicia los trabajos de los dos protagonistas, bien los climas, bien los diálogos, bien la música cansina y campesina, bien los cielos plomizos que todo lo aplastan y las pocas veces en las que los protagonistas se permite sonreir.

Una buena serie, compleja, del cnturón del óxido americano, con personajes rústicos y complejos.

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