Nos vemos en otra vida

Hago esta reseña con algo de envidia. El cine, la ficción, la cultura en general, nos ayudan a comprender, a hacernos preguntas nuevas, a resignificar. Y no hay temas prohibidos, todo se puede contar con una buena historia que lo sostenga. Esta miniserie esperó su tiempo, y está en condiciones de mostrarnos algo de la conexión local detrás del atentado de Atocha, conocido como el 11M.


6 Butacas



Y eso da algo de envidia, lo mismo que cuando los americanos abren archivos clasificados del FBI o el departamento de estado y nos enteramos de cosas que estaban ocultas.

Pienso en Embajada de Israel, Amia.

Y pienso obviamente en lo que significó Iosi como ficción para contar, para entender algo parecido.

Esto es asturias (el tono, el acento, poco escuchado en las producciones españolas) y es la vida de un pibe, un marginal, Gabriel o el Baby, que fue condenado por su participación en ese atentado se se cobró la vida de casi 200 personas, pero que a la vez marcó a la sociedad española que sintió en carne propia y prducto de su política exterior, la furia del terrorismo.

La serie no se mete con esos temas, no profundiza, solo meniona que el PP producto de afirmar que los atentados fueron perpretados por ETA (para que no se vincule el hecho con la política exterior del presidente Aznar) perdió las elecciones y el PSOE de Zapatero llegó al poder producto de esta tragedia.

Se centra, y lo hace muy bien, en la vida de Baby, ese pibito que vemos entre chatarra desde muy chiquito, aprendiendo todo lo malo de la calle, en la que tuvo que abrirse a los codazos por tener una madre ausente y un padre en la cárcel.

Ganarse la diaria con drogas, con raterismo, hasta que conoce a un personaje que le cambia la vida, que lo protege y lo cuida como si fuera un padre, un tal Emilio (el minero) que era tan inestable como un desequilibrado mental, pero que manejaba el negocio de la droga en la zona y le da a Baby la posibilidad de sentirse protegido y tener mercadería para distribuir.

Pero Emilio estaba desequilibrado psicológicamente, y ese desequilibrio pasa factura.

Su conexión con la mina en la que trabajó, le dio la posibilidad de tener acceso también a explosivos, y de ahí hasta hacer dinero vendiendo dinamita hubo un paso.

La serie nos va contando esas vidas marginales, ignorantes generalmente, que manejan poder y dinero y violencia pero de manera casi doméstica, hasta que se topan con unos "moros" extraños que están dispuestos a pagar fortunas por los explosivos.

Cuando se producen los antentados Emilio relaciona todo, y de nada le sirve su labia ni sus contactos de los que se sentía orgulloso, nada puede salvarlo.

Un relato de márgenes, de personajes rústicos, de pibes que se ven muy temprando con dinero fácil en el bolsillo, de noche, de marginalidades, que un día se topan con la tentación de un negocio grande, sin siquiera imaginar adónde ese negocio iba a desembocar.

La serie es buena, está hecha a partir de una entrevista que Baby hace cuando sale de la cárcel, todavía joven, después de pasar 7 años encerrado y en plena tarea de volver a reinsertarse en una sociedad que lo detesta, que lo repele.

Ese reportaje, en el que cuenta al periodista cómo llegó hasta ahí, es la base de esta miniserie de 6 episodios que se acaba de estrean en España.

En unos años se realizó un megajuicio que condenó a la conexión local, a Emilio por ejemplo, a más de 3000 años de prisión, por sumatoria de condendas, pero además a todos los que orbitaron como pata local, no importa si tuveron una participación destacada o no, todos pasaron por el banquillo.

Es estremecedora, es cruel, es muy educativa y es sobre todo un ejercicio de memoria y de reflexión para la sociedad española.

Comentarios

Entradas populares