Bellas artes

Otra entrega de la cantera Duprat/Cohn, esta vez con el texto de otro Duprat. Misma elegancia, misma ironía, mismo aplomo para contar. Y así como ya se metieron en el mundo de la literatura (Ciudadano ilustre) y del cine (Competencia oficial) ahora le toca el turno a la plástica, las artes visuales, desde la tinchera de un museo madrileño.

5 Butacas



Al que llegará Antonio (el personaje que interpreta Oscar Martínez) para participar del concurso que busca al nuevo director.

Ese primer capítulo (son 6 cortos, están en Star+) nos presenta al personaje de manera brutal. Antonio es como el mismo se define, viejo, blanco, de ascendencia europea y heterosexual, y además cabrón y poco amistoso agregaría, con lo cual apenas comienzan las pruebas de selección siente que se equivocó, que no debería estar ahí.

Todo en el proceso es políticamente correcto, inclusivo, snob, y Antonio sigue bajándose de consignas por no respetar esas reglas, que no se cree.

Finalmente es el elegido, y lo que vamos a ver en los 5 capítulos que siguen es el paso de lo romántico a lo burocrático, que tiene poco que ver con el arte y mucho con los nuevos mandatos, convenciones, sobre el mundo del arte.

Muestras cada vez más extrañas, complejas de montar y de desmontar, los sindicatos, el amigo del padre de la ministra (una delicia de participación de Pepe Sacristán) y un tema que estará presente en cada capítulo, la cancelación, de la mano del ataque de un colectivo de activistas en las redes, contra un escultor que tiene plantada la estatua de la entrada del museo y que, según ellos, era un bruto con las mujeres allá hace unos 50 años atrás.

Ceder o no ceder a las presiones de las nuevas corrientes, descalificar al artista y tomársela con su obra 50 años después, los encontronazos con la ministra, que no quiere líos y está dispuesta a ceder ante cualquier presión, son los contratiempos que van jalonando una historia divertida, llena de guiños a estos nuevos tiempos, y sobre todo, a cómo el arte oficial resuelve estas problemáticas.

Es un ejercicio llevadero, tiene en la duración una clave importante, porque las situaciones, las escenas, no despiertan un interés tal que nos haga querer ver cómo siguen, comos los temas arrancan y se resuelven adentro del capítulo, no es necesario el gancho narrativo.

Está bien, es correcta, está correctamente actuada y dirigida, tiene momentos de humor, de ironía, pero no mucho más que eso.

Es además una reflexión muy argumentada, muy tomando partido, sobre un mundo que es mayormente desconocido por las grandes audiencias, digamos que requiere de algún conocimiento previo, lo que la hace no tan atractiva para una audiencia masiva, que quizá se enganche por el atractivo de ver a Oscar Martínez en un protagónico que lo tienen 100% del tiempo en pantalla.

Hay mucho absurdo y sobre todo, mucha crítica a las corrientes de cancelación y reinterpretación de todo lo que se mueve.

Comentarios

Entradas populares