División Palermo T2
Más desenfadada, más incómoda que la primera temporada, con el foco puesto en los personajes secundarios más que en los protagonistas, y con una historia simple que corre detrás y nos entretiene porque está siempre a punto de derrapar.
9 Butacas
Esta segunda temporada de esta serie que tanto nos gustó en su primera entrega, en la línea bizarra de Porno y helado y otras creaciones que nos acercaron a las audiencias grandes a los protagonistas de las redes, a los que hacen reír a las generaciones que tienen ese canal como el principal proveedor de información y risas, es más concentrada y corta que la primera, pero está bien, ya conocemos a los personajes y no necesitamos presentaciones.
Santiago Korovsky es el factótum y protagonista, vuelve del tiroteo que lo deja malherido en la primera temporada con la convicción que va a ser promovido a jefe, pero no sucede, hay otro judío, un ingresante (Martín Piroyansky, con quién lo confunden en la vida real) que es encantador, y muestra, en pocos minutos, que es un líder natural, capaz de lograr empatía y con pasta de líder.
Pero no prosperará tampoco, el dinero requisado en la primera temporada a la mafia coreana es primer gran movilizador de esta segunda parte, los coreanos van a matar a todos los que se le cruzan para recuperarlo, y claro, todos los judíos se parecen...
La serie juega todo el tiempo al límite de la incomodidad con las discapacidades y las minorías étnicas, llegando a tener momentos bizarros bien resueltos por un guión impecable.
En esta temporada el guion, los gags de tipo físicos pero también los derivados de las situaciones y los diálogos, son excelentes, nos arrancan risas todo el tiempo a la vez que nos ponen al borde de la silla por lo irreverentes.
Quizá sea un humor muy al límite, al fleje, pero funciona muy bien.
Toda la hipocresía sale en los personajes más prejuiciosos, que el final del día son casi todos, mientras que el cuerpo de guardias urbanos, cada vez más jugados, son cada vez más sólidos en su unidad.
Felipe (el personaje de Korovsky) es reclutado por el servicio de inteligencia de la ciudad para que "tome notas" sobre el accionar del dueño de un café de especialidad llamado "Cuero", interpretado por Juan Minujín, ese encargo, que cumple con la torpeza que esperamos y más, será clave en esta temporada, porque lo llevará a desenmascarar una red de fetiches del cuero que incluyen al candidato opositor a jefe de gobierno y una red de empresarios prebendarios que lo bancan y condicionan.
Mezcla la política, los sótanos del poder, la inteligencia (con las limitaciones presupuestarias más desopilantes) y una trama que, como dije, es simple, pero a la vez lo suficientemente interesante para no distraernos nunca.
Quizá uno de los hallazgos de esta serie, que ya es de culto por lo distinta y por animarse a incluir en el elenco a unos actores con distintas discapacidades que pueden actuar en una serie del mainstream destacándose como intérpretes, y además sumar un elenco de actores y actrices muy variado y muy importante, lo que le agrega una mixtura muy interesante.
Al núcleo básico Santiago Korovsky (quien también es creador de la serie), Daniel Hendler, Pilar Gamboa, Martín Garabal, Charo López, esta temporada se suman, Juan Minujín se pondrá en la piel de Martín Milton Gauna, el dueño del café, Alejandra Flechner (es bueno volver a verla) será Arellano, una agente de los Servicios de Inteligencia, Guillermo Arengo es su partenaire en las fuerzas dedicadas al espionaje, Esteban Bigliardi interpreta al candidato y la actriz Inés Efron.
Un elenco de lujo.
Otra vez con una Pilar Gamboa extraordinaria, Daniel Gendler con un personaje hermoso y la Charo y Garabal como los dos policías todoterreno capaces de cualquier cosa.
Vuelvo sobre los puntos altos, guion estupendo, situaciones físicas, personajes de gran diseño y una historia para seguir sin que nos distraiga del disfrute de los puntos anteriores.
El otro hallazgo es el equilibrio, siempre a punto de perderse, de caerse, entre lo políticamente correcto y el desborde, entre lo bizarro y lo coherente, entre un humor poco transitado en nuestras pantallas y un tratamiento desenfadado pero sincero de los temas tabú derivados de las discapacidades físicas.
Me gustó la primera temporada, me gustó más esta, es un clásico ya que ojalá siga.
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