Untamed
Netflix presenta un thriller distinto, con un ambiente nada usual y personajes tampoco muy explorados en este tipo de historias, nos mete en el corazón de un Parque Nacional californiano, nada menos que el que habitaba el oso Yogui, Yosemite.
7 Butacas
Y tengo que decir que es atractivo el planteo, porque ahí pueden pasar muchas cosas, y es tan grande y lo visita tanta gente, que necesitan de un cuerpo de policías bien entrenados además de los guardiaparques que se preocupan de avisarte que no podés hacer fogatas ni dejar basura.
El protagonista de esta serie es Eric Bana, buen actor, de carrera algo errática, y digamos todo, muy parecido físicamente a Leonardo Sbaraglia.
El tipo es un huraño, tiene una historia trágica que lo acompaña todo el relato, y prefiere el silencio y los caballos a los motores y a caer bien a la gente. Pero todo lo malo que aparenta, se desvanece a la hora de valorar su trabajo, es muy bueno.
La serie comienza con una pareja de escaladores en la cima de El Capitán, cuyo ascenso constante se ve interrumpido por el cuerpo de una joven que cae y se enreda en sus cuerdas. ¿La perseguía un animal o es algo más siniestro? Excelente comienzo para que Bana comience a trabajar. Observa follaje en la mano de la joven y dónde crece, y nota la ausencia de huellas de animales en la cima. Presta atención a los detalles.
Ese cuerpo, poco a poco, se convierte en una pieza clave para ir conociendo el costado oscuro de ese parque, una conspiración más amplia, un lado oscuro criminal que acecha bajo las partes turísticas del parque nacional.
El reparto secundario es sólido. Sam Neill es el jefe, amigo y aliado de Turner, el Capitán Souter, quien intenta defenderlo de la burocracia de relaciones públicas del superintendente del parque, cuyo principal objetivo es mantener el turismo alto, lo que significa mantener cualquier sensación de peligro fuera de los titulares. Rosemarie DeWitt es la exesposa de Turner, quien aún recibe llamadas suyas en plena noche, y nos gusta siempre su trabajo, desde Mad Men.
Hay giros inesperados, aunque de alguna manera previsibles, me cuesta explicar esta sensación, y eso tiene que ver quizá con que la historia nunca se pone demasiado compleja.
La historia está bien, aunque tiene algunas obviedades y un par de actuaciones que no están a la altura.
Se esfuerza por mantener el costado traumático del drama personal del protagonista, que hace que actúe como actúa, y de alguna manera nos contagia de ese sentimiento todo el tiempo.
También echa mano al recurso de ponernos señuelos, pistas falsas para que creamos que el caso se resuelve por un lado que no se resolverá, lo que nos mantiene entretenidos.
Juega a favor el escenario natural, tiene una fuerza propia y despliega un protagonismo silencioso y potente.
Pero a pesar del intento de toques y giros a los True Detective, la serie tiene que encajar en formato masivo y ahí hace concesiones que le bajan un poco el buen arranque.
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