Deadfall


Deadfall

Intensa, fría, inesperada y hostil. Extraña combinación para una película que bien pudo ambientarse en el viejo oeste y ser un western o en el futuro y ser una de ciencia ficción.
Es que hay un robo a un casino, hay una huida, hay un accidente en esa huida y hay dos de tres ladrones que se separan para no ser atrapados. El único detalle es que se separan en medio de la nada minutos antes de una tormenta de nieve y viento que no les dejará ver más allá de sus narices.
También hay historias que arrancan paralelas, un boxeador que sale de la cárcel después de 4 años y va a cobrarse algo de su viejo entrenador, sus padres (un cada vez más osco Kris Kristoferson y la siempre joven Sisi “Carrie” Spacek) que viven en una cabaña muy cerca de la deseada frontera con Canadá, un sheriff y su hija, en un pueblo en el que todos se conocen.
Todos se cruzarán en algún momento, todas esas historias están dando vueltas para encontrarse.
Y lo harán, casi siempre de la manera más cruel y violenta.
Porque hay violencia, de esa que hace que demos vuelta la mirada.
Y hay una historia que no vamos a entender muy bien hasta que se verbalice, la historia de los dos fugitivos, un hombre, Eric Bana, y una mujer Olivia Wilde (qué ojos por Dios!!) que no sabremos muy bien qué lazo los une hasta que no solo lo descubriremos hacia el final, sino que será el catalizador, el detonador de todas las historias que se fueron cruzando.
Hay nieve, hay caminos, hay una buena historia, hay personajes ricos, hay soledad, hay viejas cuentas, hay climas, hay buenas actuaciones, es una buena película, que no solo puede verse, sino que se disfruta por lo tenso del relato.
Se estrena en mayo en Buenos Aires, estén atentos.

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