End of Watch


End of Watch


Violenta, extrema, agotadora.
Si ya sabemos que los carteles de la droga, los mexicanos, están en California en Los Ángeles, y que se arman pequeños reinados, guetos, fortalezas alrededor de estos negocios. Sabemos, que hay pandillas, que hay violencia, que hay american way of life, que hay chicanos versus negros y negros versus chicanos. Está bien, lo sabemos, pero nunca nos imaginaremos hasta dónde pueden llegar.
Filmada con una interesantísima estructura de falso documental, y muy bien interpretada por la pareja central Jake Gyllenhaal y Michael Peña, es la historia de dos oficiales de la policía de Los Ángeles que se son compañeros de patrulla, pero además, de tantas horas de compartir patrullero y vida, son grandes amigos.
Policías de alma, buenos con sus olfatos y sus presentimientos, se van a topar con los desalmados, con los sin dueños y sin patria, con los mercaderes de la droga que les demostrarán que son mucho, muchísimo más poderosos que ellos mismos y todos sus refuerzos.
Nada que un recorrido por el conurbano bonaerense no nos cuente, pero choca ver cómo, esas mismas calles que alguna vez patrullaron los grandes de la TV de los 70, son ahora sórdidas, mucho más violentas de lo que imaginamos y corruptas.
Los Ángeles?
No se puede creer un día en esas calles infectadas de violencia y de marginalidad.
EL director es un experto en violencia y en temas policiales, más conocido por su carrera como guionista, en la que se destacó con cosas como Día de Entrenamiento con Denzel W y otras del estilo policiales malos y corruptos, en esta despliega un interesante repertorio de técnicas, aunque hay que decirlo, la cámara subjetiva usada para adrede generar la sensación de vértigo documental, puede (a mí me lo produce) marear de manera permanente y deslucir las escenas que no necesitan de tanto y tanto realismo subjetivo.
Pero está bien, está muy bien para ser una película que pretende contar tantas cosas en tantos registros diferentes.
Un párrafo aparte para Michael Peña, que desde Crash no para de crecer y de sorprender. Acá es el “interprete” el traductor de lo latino para Gyllenhaal, pero será el amigo, el policía bueno, el compañero, el productor de sonrisas.
Es buena. Distinta. Rara. Violenta por demás.

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