Hierro (Segunda temporada)

 Hierro (Segunda temporada)

La primera temporada de esta serie nos sorprendió muy bien, esta segunda responde a la pregunta de cómo van a hacer para que los personajes centrales se vuelvan a cruzar en otros asuntos.


7 Butacas



La segunda temporada de Hierro, esa isla canaria tan exuberante en su geografía y cerrada en su identidad, vuelve con todo, pero sobre todo, con la pareja protagónica en una superación de los roles desplegados en la primera temporada.

Es otra vez Candela, esa jueza que llega a instalarse en ese juzgado al que antes de llegar pensaba tranquilo, que después de haber resuelto un crimen en la isla, debe ahora volver a activarse con una nueva trama, que pasa por varios aspectos complejos de las relaciones humanas, un divorcio escandaloso, la pelea por la tenencia de dos hijas, y las amenazas y violencias de distinto calibre que se van desplegando.

Y no solo es la jueza la que vuelve en esta temporada, también el personaje que encarna Darío Grandineti, un empresario banaero muy complejo, algo marginal, y poderoso para ese pago chico, que no termina de ubicarse de un lado o del otro de la ley, más bien parecería tener una ley propia, que lo conduce y lo lleva muchas veces a los bordes.

Es una muy buena interpretación de Grandinetti, sobria, muy compleja y empática para con los que miramos.

Ellos dos, desde sus cosas, desde su lugar en la historia, se verán involucrados en el devenir de los hechos, de manera que, en algún momento, la cooperación entre ellos será no solo necesaria, sino vital para desentrañar el conflicto.

La isla y sus paisajes vuelven a ser protagonistas de los hechos, con sus precipicios, su mar embravecido y sus escondites, y además los lugareños y sus costumbres, muy bien retratadas y contadas para no solo adornar la historia, sino en muchos casos para determinarla.

Es una buena apuesta esta serie por lo atípica, por lo incómoda muchas veces, y sobre todo por la complejidad de los personajes centrales, Díaz (el personaje de Grandinetti) y la relación con su hija y su ex mujer, lo complejo del negocio que maneja, sus vínculos con ciertos estratos delictivos de Tenerife, su soledad y terquedad y la jueza, que además lleva consigo la crianza de un niño con severos problemas de salud.

Dos personajes fuertes, complejos y muy bien logrados por ambos, que desarrollan una química extraña, desprovista de tensión sexual o cualquier otro tipo de impulso fuera de hacer justicia a la manera de cada uno.

Es interesante, si bien el caso policial que es la excusa para contar cómo estos dos personajes interactúan, es menos atractivo que el de la primera temporada, la fuerza narrativa y visual compensan todo.


Comentarios

Entradas populares