The Duke
The Duke
Todo el humor, la sutileza y la acidez que sabemos puede desplegar el cine británico se combinan en esta película, cuya simpleza agradecemos.
Porque está basada en un hecho real, increíble, pero lo cuenta con el desparpajo y la sutileza necesarios para no caer en tentaciones de retratar héroes o cuestiones trascendentales, lo cuenta porque fue un hecho que trajo consecuencias en varios planos, y eso es lo más interesante de la historia.
Resulta que en 1960, un taxista muy soñador y justiciero, y también poco afecto al trabajo, llamado Kempton Bunton (gran interpretación de Jim Broadbent) cansado de reclamar por imposibles, como un quijote, se roba de la National Gallery el retrato del Duque de Wellington pintado por Francisco Goya.
Semejante osadía se convierte no solo en un problema para la policía que no sabe por dónde empezar a buscar, sino para la famosa galería (este fue el primer y único robo de su historia) y para la sociedad británica en general, que hacía filas de horas para ir a ver ese retrato en el museo.
La historia está contada de manera impecable, amena, irónica y sobre todo muy práctica. Y hace foco en la familia del taxista, que además componen su esposa (interpretada por Helen Mirren) y sus dos hijos, uno mayor medio turbio y el menor, soñador como el padre, pero trabajador.
Son disfuncionales, tienen en su padre a un luchador de causas perdidas, y todo lo que sucede en el centro de esa casa es patético, y en algún punto nos hace reír y emocionarnos.
Lo que resulta realmente atractivo es el proceso judicial al que someten a Bunton luego de entregarse, sus cartas de rescate están tan bien escritas, expone tan bien sus reclamos para mejorar las cosas de los adultos mayores, tiene tanta razón en sus planteos, que desbarata todas las teorías policiales acerca de que el robo había sido perpetrado por una banda profesional que usaba esos textos para despistar.
La recreación de época, esos años en los que todo estaba a punto de cambiar, y esa lucha en solitario por derechos que después fueron reconocidos con el tiempo, la manera en que la familia dirime su funcionamiento, con una esposa que trabaja limpiando casas, hijos que quieren volar y el taxista soñador, son de lo más interesante que se aprecia de la historia.
El juicio, decíamos, es tan interesante, el personaje es tan empático y tan irónico en sus intervenciones, que no se puede resistir a encariñarse con él, con sus luchas, y con la manera que tuvo para encausarlas, llamar la atención y lograr ser escuchado.
Es una historia que maneja un registro de ternura además de la ironía y acidez propias de la manera de contar inglesa, que aporta una mirada fresca sobre un hecho real que en su momento causó conmoción en la sociedad.
Comentarios
Publicar un comentario