Todos mienten

Todos mienten

La televisión española, tan pródiga en buenas producciones, en búsqueda y en realizaciones de gran nivel, a veces erra. 


1 Butaca



Todos mienten es una serie para Movistar+ de 6 capítulos (menos mal) que se acaba de estrenar en España y en las plataformas mundiales, precedida de una campaña de atracción que prometía. 

Pero a veces las promesas no se cumplen, y este es el caso.

Todos mienten tiene un gatillo interesante, un barrio cerrado, exclusivo, en el que todos se conocen y se espían de alguna manera, se ve sacudido por un video subido en redes sociales, el video que contiene escenas de alto voltaje sexual entre una profesora del secundario y un alumno.

Todo se revuelve, se altera, y se pone patas para arriba en ese barrio/pueblo costero, en el que poco a poco vamos a ir descubriendo que las cosas no son tan dulces como parecen, y en el que casi todos los que ahí viven, tienen cosas para ocultar.

El tema está bien, parece que podemos empezar a ver una historia sólida y entretenida, pero lamentablemente no sucede. 

Y no se trata de problemas de elenco ni de presupuesto, simplemente no funciona la historia. 

El guión se pone extraño con algunos giros muy básicos e innecesarios, no tenemos sorpresa, no hay otras historias paralelas que resulten atractivas y básicamente hay problemas serios de dirección. 

La trama recurre a contar la historia en al menos tres planos temporales (no estoy muy seguro que sean 3) y para contar de esa manera, bien lo saben los ingleses con sus relatos, hay que tener algunas destrezas, sobre todo si se cuenta una historia en la que los detalles son importantes. 

El joven de la historia va a morir de manera violenta, y nos vamos entonces a concentrar ya no en el video que originó que todos se alboroten, sino en entender quién mató y por qué lo hizo. 

Hasta ahí todo bien, solo diremos que una serie de hace no tanto tiempo, también española "El desorden que dejas" resolvió una historia similar mucho mejor. 

Acá fallan varias cosas, a dirección que no encuentra la manera de contar en distintos tiempos y sobre todo, muy especialmente el guión y las actuaciones. Los actores son conocidos, los hemos visto brillar en otras puestas, pero acá es como si ninguno estuviera a la altura. 

Sorprende por ejemplo Sbaraglia, quien tiene una carrera interesante allí, que no logra hacer pie en el papel del marido de la profesora, sobreactuando y por momentos como si no se lo tomara en serio. 

La protagonista, a quien hemos visto en El Embarcadero por ejemplo, se llama Irene Arcos, es evidente que no puede salir de esos personajes y es un ramo de tics y mohines sinsentido. 

Si a un libro que afloja, que está mal narrado y nos marea y confunde con las cuestiones temporales, le agregamos intérpretes que no interpreta, estamos complicados. No se puede salvar el conjunto, y sobre todo, hacia la mitad del primer episodio, nos aburrimos y distraemos.

Un fiasco. 

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