Land

Land

La primera película que dirige Robin Wright (ya lo había hecho en episodios de series, como Ozark) es un estudio profundo y respetuoso sobre las múltiples formas de la soledad.


7 Butacas



No solo es la directora, sino que además protagoniza este drama ambientado en la montaña, en el lugar más inhóspito que podamos imaginar, adonde su personaje llega con víveres y enseres como para estar una larga temporada lejos de todo y de todos.

Edee es su personaje, intuimos que necesita sanar, pero que si se muere en el intento, no va a pasar nada, no quiere hablar con nadie, no quiere nada que la vincule con la vida abajo de la montaña, solo quiere estar ahí arriba, vivir de la tierra, aprender y rodearse de silencio.

Claro, las estaciones son despiadadas alli arriba, los calores son calores y los fríos no se soportan. Sobre todo porque la cabaña no está preparada para soportar esas inclemencias.

Es una película hecha de silencios, de paisajes, de un dolor insinuado pero que sabemos de entrada que es fuerte, que carcome, que corroe.

No hace falta que nos digan qué es lo que pasó, cuál es la tragedia, está ahí latente en las caras de Eddie, en las pocas cosas que lleva con ella, en la decisión de decirle al que le alquiló la camioneta con la que llevó sus cosas, que al otro día la vaya a buscar, que no la va a necesitar.

Hasta que la historia da un giro, una tormenta, una serie de hechos la dejan al borde de la muerte, un oso se come casi todo lo que tenía de provisiones y el invierno hace lo suyo.

Aparece un cazador, Miguel, y una enfermera que la encuentran y la salvan.

Miguel será entonces, con su parsimonia y sus cosas no dichas (buen papel de un actor muy dúctil como es Damién Bichir) una especie de oreja, de maestro para las rusticidades de ese paraje, y de confidente silencioso. Ella le pide que no le diga nada de lo que pasa ahí afuera y él cumple.

No tiene mucho más la historia, lo poderoso, lo verdaderamente bello es que ese telón de fondo de la madre naturaleza es el marco para que dos buenos actores entreguen unas composiciones muy potentes, íntimas y muy ricas.

Un día Miguel no aparece, ella no lo espera pero en el fondo sabe que ya debería haberse dado una vuelta, pero no viene.

Pasan los días y al final es ella la que, venciendo todas las barreras, baja caminando al pueblo.

Allí se encuentra con el entorno de Miguel y su vida, todo eso que no se dijeron aparece en esas escenas finales en las que queda claro el vínculo de dolor que los unió, y también la profundidad de ese vínculo.

Land es una película muy tranquila, hermosa cinematográficamente y desgarradora por momentos, pero todo a base de actuación y buen texto (hay momentos de silencios muy profundos también).

Abrió nada menos que el Festival Sundance, y está llegando a plataformas.

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