The equalizer 3

The equalizer 3

Final de saga, según parece, este personaje que fue de mayor a menor, languidece en Sicilia, lejos de casa, con su brutalidad a cuestas y el deseo de parar para descansar.


2 Butacas



La tercera entrega de esta saga es no solo el final, sino que estamos muy de acuerdo con que sea la última, porque es la peor de las tres.

Denzel Washington le puso el cuerpo a este personaje solitario, un justiciero de los de antes, agente muy especial de un organismo de inteligencia de Estados Unidos, preparado para todo y sobre todo muy inteligente, que retirado, se dedica a manejar su Uber y a conmoverse con historias de gente abusada, maltratada, estafada por el sistema o algún matón de esos que son muy malos.

Está bien, tenemos que vivir con un dato importante, cada vez que decide ayudar a alguien, el que qestá detrás de la maldad es un mal importante.

Así en la primera entrega nos presenta a ese personaje que usa su reloj Timex para calcular los exactos segundos que le llevará liquidar a todos en un cuarto usando su habilidad y su inteligencia.

Esta tercera película es muy violenta, creo que la más violenta de las tres entregas.

Esta vez la acción empieza en una tranquila Villa Siciliana, ahí entre viñedos, un lugar de paz infinita, llega una camioneta con un hombre (luego sabremos que es un mafioso muy importante de la estructura de la Camorra) y se va abriendo paso entre los cadáveres mutilados de sus guardaespaldas, de su ejército personal.

Al llegar a una habitación, sentado en el medio y apuntado por dos pistolas está Robert McCall, el personaje de DZ, que está calculando los segundos exactos para cargarse a todos de la manera más brutal. Vino a recuperar algo, algo que no sabemos pero que luego nos vamos a enterar que tiene que ver con un hombre común, un albañil americano que perdó todos sus ahorros por una mala inversión de un fondo que lo estafó. Justicia personal por un caso menor.

Pero resulta que de carambola descubre que en esa tranquila Villa italiana, se cocina un contrabando enorme de drogas complejas que vienen desde oriente.

Bingo, avisa a la CIA, y se aparta porque quiere vivir tranquilo.

Lo hieren de manera absurda y en su recuperación pasa sus mejores días en ese pueblo que lo recibe como a uno más, y que lo hace sentir que puede pensar en dejar esos días de violencia atrás.

Pero no va a er fácil, una familia mafiosa tiene a todos sometidos con el cobro de protección y esas cosas horribles que hacen los mafiosos, así que no le va quedar más remedio que involucrarse y poner fin con su estilo a tanta maldad.

Los va a matar a todos.

En esta película no solo tenemos la tercer y suponemos que última película de la trilogía, es también la quinta colaboración con el director Antoine Fuqua, habían arrancado con Día de entrenamiento, que le valió a DZ un Oscar como mejor actor.

Decíamos que parecería ser el final de la franquicia, porque en realidad no se me ocurre cómo levantarla. En esta tercer entrega no hay una historia interesante (ni siquiera la paralela, que tiene a Dakota Fanning que fue compñera de DZ de niña en Man on fire, porque termina medio enrededada y sin sentido).

Las coreografías de acción tampoco son nada para recordar, y encima los malos, son burdos, poco atractivos esta vez. 

En fin, fue lindo mientras duró, pero ya está. Esta tercera parte desluce las dos anteriores.


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