Misántropo

Misántropo

Damián Szifrón partió a Estados Unidos luego del tremendo éxito de Relatos Salvajes con un futuro que parecía prometedor. Es un buen contador de historias, este es un trabajo 100% made in usa y no tiene ni la picardía ni el color de sus anteriores obras, como que se hubiera apagado en medio de la industria.


5 Butacas



La historia no es nueva, hemos visto varias veces las andanzas de los tiradores anónimos, los asesinos seriales y los locos que ponen a la opinión pública nerviosa y a la gente aterrada. Muy usual en las noticias que llegan del norte.

Un tirador entonces se despacha a 29 víctimas en una sola noche, en navidad, desde un lugar dispara y dispara con un arma muy precisa y muy antigua.

Una agente de policía llega primera al lugar y toma las decisiones correctas, tiene algo que no sabemos muy bien qué es, pero que la hace tomar esas decisiones, ver cosas que los demás no ven. Es el personaje que compone Shailene Woodley, que es además productora de la película y a quien hemos visto crecer en la pantalla asumiendo roles cada vez más desafiantes.

También está el jefe, el detective experimentado que compone muy bien Ben Mendelsohn, seguro de lo que hace, complejo, muy sabio y gay en un mundo complicado que no es tan abierto como parece.

El la detectará entre la multitud por algún comentario que ella hace, y aunque no es tan verosímil que una agente de calle se meta a trabajar como detective a las órdenes del jefe así como así, conformarán un equipo que tendrá que investigar, saber de dónde viene este animal, conocerlo, y a la vez luchar con la interna, con la política y la opinión pública que quiere preso a cualquiera para calmar a todos.

Szifrón hace bien su trabajo de dirección (también es coguionista) y las imágenes, la luz, la edición son de gran nivel y aportan a la trama, lo que le sucede a la película es que tiene tanto mensaje que abruma, que no puede entregar con una trama acorde, porque hay más intenciones que capacidad para decir cosas a partir de la historia.

Los dos personajes tienen demasiado peso en la historia, y no siempre están bien delineados. Nos enteramos que ella no pudo entrar al FBI porque no pasó el psicotécnico, y es precisamente por eso por lo cual es convocada ahora, porque su debilidad la hace ver cosas adonde los demás no pueden.

Cuando los personajes están solos tienen los momentos más aburridos de la película, ella nadando o tomando un baño de inmersión y él en sus monólogos cargados de conflictos.

El tema es que en medio de esas diatribas hay un caso que se tiene que resolver, y que encuentra en lugares bastante inverosímiles las pistas para llegar al asesino.

Cuando lo encuentran, con todo lo complejo que es enfretarlo, se dará un diálogo entre ella y el asesino que no tiene desperdicios en términos de lo poco creíble que funciona.

Ella es poco creíble en esa situación de tensión y el asesino no encuentra el tono de su locura, no nos da miedo, porque encima su magia es matar de lejos.

Encima el loco está compuesto por un actor que tiene la vos más espeluznante de la pantalla, Ralph Ineson, que se desperdicia totalmente en esos minutos finales.

No hay emoción ahí, y tampoco hay miedo.

La película entonces naufraga por un guión demasiado espeso rsuelto de manera poco creíble.
 

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